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Caldera de Taburiente
14 Sep

La Caldera de Taburiente

Hace unos dos millones de años, un cataclismo volcánico de erupciones y ríos de lava originó lo que hoy conocemos como La Caldera de Taburiente, probablemente el mayor tesoro paisajístico de La Palma.

La Caldera es una enorme depresión de unos 8 kilómetros de diámetro y un desnivel de 2.000 metros desde su fondo hasta las cimas de su cerco rocoso. En sus escarpadas paredes se forman unos espectaculares paisajes de vegetación, roca y agua, a los que, en ocasiones, se une la bruma que cubre el fondo con un mar de nubes.

La Caldera de Taburiente fue declarada Parque Nacional hace más de 60 años (el cuarto de España y el segundo de Canarias), con el fin de proteger una zona de 46,9 km2 que contiene una gran variedad de fauna y flora endémica de las islas, y que recibe 480.000 visitantes al año. ¡Y eso que no es fácil visitarla! O al menos no tan fácil como otros lugares emblemáticos de la isla. Por sus características geográficas, es necesario adentrarse caminando en La Caldera a través de senderos de dificultad media o media-alta.

Cómo visitar la Caldera de Taburiente

La ruta más fácil y habitual se realiza desde el mirador de Los Brecitos (al que hay que acceder mediante taxi o transporte discrecional, pues no se puede aparcar en la zona), a través de un cómodo sendero de 5,6kms con el que se puede llegar hasta la Playa de Taburiente, en la base de la Caldera, y volver en el mismo día.

Sin embargo, lo ideal es acampar en esta zona para así poder disfrutar de varios días de excursiones a riscos, cascadas y barrancos, como por ejemplo la Cascada de la Fondada, con una caída de 150 metros, los Nacientes de Hoyo Verde o el conocido como Barranco de las verduras de Alfonso.

También son de admirar, aunque inalcanzables, el Roque Idafe, con forma de cuchillo, que era sagrado para los nativos aborígenes; o el lejano Roque de los Muchachos, la cumbre de la isla. Incluso se puede tomar un día para descansar entre los pinares y bañarse en los arroyos que crean piscinas naturales de frías aguas.

Los más valientes toman la salida del Parque por la cuesta conocida como El Reventón y el Barranco de las Angustias, que permite ver el Barranco de Almendro Amargo, de un color amarillo rojizo debido a los minerales de la zona; o desviarse para admirar la Cascada de Siete Colores, donde el agua, los minerales y la vegetación se unen para crear un paisaje increíble.

Para poder solicitar los permisos necesarios para acampar en la Caldera o para más información acerca de sus senderos, se puede consultar en la web de la Red de Parques Nacionales

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